Críticas de buena leche se aceptan y se agradecen (y las otras se ignoran o se borran..., me niego a caer en pleititos como los que acontecen y hasta destruyen blogs -algunos de ellos muy queridos-) Bien, en el comentario de Anonymous estamos ante uno de mala leche y en el de Nefilim ante uno de buena leche.
Nefilim: Qué me falta mejorar... ¡Un montón!, y espero que en 10 años lo que escriba sea muy superior (y en 20 más, y en 30 aún más). Sería punto menos que retrasado mental si creyera que no tengo que aprender mucho, mucho más. También he de acotar que este blog tiene por fin compartir textos que me gustan, ya sean sacados de algún libro o de internet (y, a su vez, me sirve como carpeta para tenerlos a mano). También tiene como fin la chacota (las fotos pornos del Koala Pervertido son de mal gusto, eso me queda bien claro)... No hay mayor pretensión. Suelo postear muy pocas cosas de mi vida (generalmente está de hueva o son cosas que me gusta reservarme), y aún menos poner cuentos míos (este correo, de hecho, contraviene lo que estoy apuntando). Si tengo alguna pretensión literaria, este blog no es el medio, es tan sólo un agradable pasatiempo (agradable para mí, claro está).
En fin, que la neta tienes todo el derecho de que no te guste y está chido que me lo digas. Pongo la versión corregida del cuento que aludes (en realidad está casi igual).
Saludos, Nefilim.
Rasabadú
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ENCUENTRO
(Edgar Omar Avilés)
El gato Zak ha escapado de los brazos del niño Dataniel Merrick, que lo persigue hasta al desván por cuyo ventanal gótico entra un murmullo de luna.
....Libros con tratados de alquimia, muebles cuajados de polillas mimetizadas, óleos con sonrisas muertas; todo lo que en algún momento dejó de servir. Dataniel entre las sombras voltea a todas direcciones, sorprendido con las cosas que por generaciones los Merrick han ido olvidando.
....Un maullido descubre a Zak: está en una esquina arañando el cristal de un polvoso espejo con marco de latón. Dataniel va por el gato y mientras lo agarra se asoma al reflejo: los mismos muebles, los óleos, los relojes de péndulo..., pero todo burdamente confeccionado con retazos de tela zurcidos con puntadas desiguales; como si un dios pordiosero intentara hacer pasar aquello por un reflejo. También hay un Dataniel, pero es un tosco muñeco con pelo de estambre y dos cruces de hilo por ojos. Zak es un guiñapo al que le sale borra por entre las costuras.
....Dataniel observa muy extrañado a aquel muñeco de trapo, y el muñeco lo mira muy fijamente también: están consternados por el encuentro. Cada uno empieza a caminar hacia atrás, lento, cuidando no dar la espalda, abrazando muy fuertemente a su gato.