En ocasiones escuchamos un fragor desconocido bajo nuestros pies, como si algo corriera –denso y oscuro– en las cañerías, y los automóviles se atascan en el seco asfalto, las ruedas avanzan despacio rodeadas de un lodo que nadie ve, ocurre –poco, pero ocurre− que las aceras se llenan de brotes verdes, y puede olerse un frescor entre el concreto y acero de los edificios.
Los ingenieros sacan viejos mapas y siguen el rumbo de esas perturbaciones. Un cauce seco hace cien años, pero no importa. Aunque no esté ahí, a veces sueña que corre libre el río.
Y otras seis micro bellezas de JL Zárate, tomadas de su twitter :
* La ventana se atora. A las 1 de la madrugada aún alumbra el sol por ella.* La momia se estremece, las vendas se tensan, el tejido ancestral se abre, con que desconcierto ven surgir una mariposa.* Derribó la puerta de una patada, para impedir el crimen. Pero ahí no había nada, sólo una puerta en el piso, sangrando lentamente.* −¿Qué ve aquí? − dijo la mancha de tinta. Respondí: un doctor.* El adicto no sabe que es la aguja la que tiembla, la que sufre, la que ansía…
* MAGIA. Al momento de meter la mano en el sombrero escucha encenderse una motosierra.