METAFÍSICA DEL HUEVO
Hugo Hiriart
Para empezar por el principio, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Así arranca esto, con un caso paradigmático de la sagrada perplejidad, madre de todas las especulaciones. Para Aristóteles la gallina tiene la primacía sobre el huevo. El doctor Emilio Uranga ha buscado en vano la cita “la gallina fue primero que el huevo” en el corpus aristotélico, pero es cierto que el Filósofo sostiene esta doctrina. El origen de la radical toma de partido por la gallina se halla en la distinción del ser en potencia y acto, entrañable a Aristóteles. Entre el ser en estado acabado, el ser en acto, y el puro no-ser, se tiende un intermediario, el ser en potencia, que ya pertenece a lo real sin estar aún perfectamente realizado. Los cambios y movimientos se explican diciendo que son el paso del ser en potencia al ser en acto. Un ejemplo: por las calles de Londres deambula un moralista caviloso, reconcentrado e inapelable; este sujeto resuelve que es preciso despanzurrar algunas mujeres y lo hace. Metafísicamente hablando ,¿qué ha pasado? Cuando las pecadoras han sido liquidadas, se dice que Jack el Destripador está en acto. ¿Existía antes de ejercer la letal cirugía callejera? No en acto, desde luego, pero algo había y eso tenía realidad. Negarlo equivaldría a pensar que el Destripador brotó de la nada pura y los acuchillamientos serían ininteligibles. Así pues, el paseante solitario y todavía inofensivo es el Destripador, pero en potencia. La realidad de la potencia está implícita en reflexiones melancólicas como “ la música que habría escrito Mozart si no muere a los treinta y cinco años” o “qué bien la habríamos pasado si la frívola niña de mis ojos no decide montarse en la vaca” o “en estos días, ¿qué andará haciendo el Destripador?”
Ahora bien, la anterioridad del acto sobre la potencia puede entenderse desde cuatro puntos de vista diferentes:
1. Según la noción el acto es anterior a la potencia porque el acto define a la potencia: el paseante solitario es definido por el complacido Destripador en acto.
2. Según el orden temporal es preciso distinguir: el individuo Jack, el niño un tanto extraño y silencioso que oía sermones y comía lagartijas, está en potencia antes de sus estragos, como la pomarrosa fue antes semilla; pero dese el punto de vista superior de la especie, es necesario aceptar que el estado perfecto, el acto, debe preceder siempre al estado imperfecto, la potencia. Así, en el orden de la generación se debe partir necesariamente de la pomarrosa hecha y acabada.
3. Según la sustancia (o según la perfección) el acto es igualmente primero, porque todo aquello que cambia “tiende hacia su principio y hacia su fin, porque el principio es la causa final y el devenir existe en la razón del fin. Ahora bien, el fin es el acto”, como en el caso del Destripador.
4. Según la eternidad porque los seres eternos son anteriores a los seres corruptibles; y los seres eternos no tienen la potencia de no ser; por lo tanto, ellos no están en potencia; luego hay seres en acto que son anteriores a toda potencia.
Ergo, la gallina es anterior al huevo.
El huevo es pollo en potencia, pero es huevo en acto. El huevo en acto es muy superior al desafortunado pollo en acto. Por otra parte, si metafísicamente es preciso admitir la anterioridad del acto sobre la potencia, no será así estéticamente: es indiscutible la superioridad de la pureza y sencillez del huevo sobre la confusión, exceso y arbitrariedad de la gallina.