"La vida es una enfermedad mortal que se transmite sexualmente." Anónimo
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¿QUIÉN ESCRIBE A MIS ESPALDAS EL LIBRETO DE MIS SUEÑOS?
Marcos Winocur
Llaman a la puerta. Si estoy despierto, debe de ser el cartero; si estoy dormido, ¿quién será? ¡Abuelita! ¿Qué no estabas muerta? Antes tú vas a chupar faros, pinche escuincle cabrón. Y en una larga carcajada sin dientes... ¡Abue, abuelita, no te...! Ya se fue. Ella, ella me llamaba así, "pinche escuincle cabrón". Aaaabuuueeeliiitaaa, nunca quieres quedarte un ratito conmigo... Y entonces despierto. Y la pregunta es siempre la misma. ¿Quién escribe a mis espaldas el libreto de mis sueños?
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VERTERE
Rubén Pesquera Roa
Maniobra, con un movimiento aun para él imperceptible, y sale de la curva. Micra a micra, pisa el acelerador hasta que con la punta del pie lo sella al piso. En el momento que alcanza la recta final, los otros competidores son sólo manchas cromáticas que van quedando atrás una a una; adelante no hay nada, excepto el horizonte de la victoria. Conforme el auto se aferra tenaz a la pista, él sabe que vuela más y más alto. La velocidad del Fórmula uno aumenta de manera inversamente proporcional a la velocidad del tiempo –que corre cada vez con mayor lentitud. Justo en el instante que llega a la meta, el tiempo se ha detenido por completo y, ante la desesperación del piloto, comienza a transcurrir hacia atrás, hacia el ayer..., más y más rápido.
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