R A S A B A D Ú

sábado, diciembre 30, 2006:

El Koala Pervertido invita, a los amantes de los traseros grandes, a conocer este sitio:
http://www.bigbootyonline.com/hosted3/toon1.php?930502
Édgar Omar Avilés // 12/30/2006 06:19:00 p. m.

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jueves, diciembre 28, 2006:

Las dos primeras acepciones de ESCATOLOGÍA se prestan para confusiones muy sabrosas, la tercera da el toque cienciaficcionero.
Édgar Omar Avilés // 12/28/2006 11:58:00 a. m.

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domingo, diciembre 24, 2006:

Tres hermanos de armas ya andan por acá, en la bloggosfera.

El joven, pero viejo en andanzas, poeta sensible y ensayista infernal Christian Barragán con su Epitafio del Fuego.

El sesudo poeta, sesudo ensayista, de andar y decir quedo pero contundente. Es el talentoso amigo copetón Rafael Mondragón, con su Pequeño Libro de la Luz en las Manos.

Y el Marqués de Oaxaca, el terror de las chicuelillas, el inefable y bien talentoso Iván Cruz con su pluma siempre desenvainada para desfacer los entuertos que hay en esta nuestra sociedad posapocalíptica Calderonil, con sus ensayos feraces y épicos poemas paradójicamente epigramáticos en Leteo.


Los tres, además -pero no menos importante- , muy buenas personas.
Édgar Omar Avilés // 12/24/2006 11:48:00 a. m.

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Les comparto una minificción del sobrino del tio Rasabadú, o sea yo:

UNA GOTA DE ROCÍO

Una gota de rocío, en la punta de una temblorosa hoja de sauce, se niega a caer y ser tragada por la tierra. La gota, desesperada, con sus ojillos cerrados, suplica a los dioses misericordia: entonces de ella surgen dos gotas y luego cuatro; y la gota se convierte en gotera; y la gota se convierte en lluvia; y la gota se convierte en tormenta; y la gota se convierte en río y cascada; y la gota se convierte en un mar; y la gota se convierte en el océano que se derrama, inundando puertos y ciudades: los llantos y gritos de los seres abarcan al Mundo, cuyos continentes sucumben ahogándose también.

Poderosa, la gota de rocío se carcajea, pero deja de hacerlo al sentir la seca garganta de la tierra devorándola, entonces abre sus ojillos y arriba ve al sauce y a la hoja, todavía temblorosa, de la que ha caído.

Édgar Omar Avilés // 12/24/2006 11:43:00 a. m.
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