(Por: Ernest Hemingway)
El secreto es que se trata de poesía escrita como prosa, y que es lo más difícil de hacer.
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La virtud más esencial de un buen escritor es un detector natural, a prueba de golpes, para detectar la mierda. Ese es el radar del escritor y todos los grandes lo han tenido.
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Escribir prosa es una tarea de tiempo completo, y la mejor parte de ella se hace en el subconsciente; cuando éste se llena de negocios, reseñas, opiniones, etc., ya no consigue nada.
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Un escritor privado de un sentido sobre la justicia o la injusticia haría mejor en editar el anuario para alguna escuela de niños anormales que en escribir novelas.
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—¿Cuál es la mejor preparación inicial para un escritor?
—Una infancia infeliz.
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Dostoyevsky fue creado cuando lo enviaron a Siberia. Los escritores quedan forjados por la injusticia, tal como es forjada una espada.
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El éxito que yo pueda haber tenido se debe a que he escrito sobre lo que conozco.
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Ezra Pound fue el hombre que me enseñó a desconfiar de los adjetivos, tal como después aprendí a desconfiar de cierta gente en ciertas situaciones.
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El periodismo no hará ningún daño a un escritor joven y podrá ayudarlo si consigue salir de allí a tiempo.
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Lo mejor es leer cada día desde el comienzo, corrigiendo de paso, y luego seguir desde donde te has detenido en el día anterior. Cuando es demasiado largo para hacerlo cada día, debes elegir dos o tres capítulos por día y releerlos desde el comienzo. Así los conviertes en una sola pieza. Y recuerda detenerte cuando vas bien. Esto mantiene el movimiento, en lugar de verlo morir cuando reanudas. Si no lo haces así, verás que al día siguiente ya estás fundido y no puedes seguir.
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Destrozamos a nuestros escritores de varias maneras. Primero, económicamente. Ganan dinero. Es sólo por azar que un escritor gane dinero, aunque los buenos libros terminan por ganarlo. Entonces, cuando nuestros escritores han hecho algo de dinero, mejoran su nivel de vida y quedan atrapados. Tienen que escribir para mantener su situación, sus esposas, etcétera, y escriben en forma aburrida. No son aburridos por proponérselo sino porque están apurados. Porque escriben cuando nada tienen que decir y ya no hay agua en el pozo. Porque son ambiciosos. Entonces, una vez que se han traicionado a sí mismos, lo justifican y se hacen más aburridos.
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No importa lo buena que sea una frase o una comparación. Si la pones donde no sea absolutamente necesaria e irremplazable, estarás arruinando por egoísmo tu propia obra. La prosa es arquitectura. No es decoración de interiores y el barroco ya se terminó.