NUEVE VECES
(Alejandro Velázquez Betancourt)
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Nueve veces le puse la Novena
de Beethoven a mi pez
para arrancarlo de la muerte.
Nueve veces le expliqué
lo inútil
de morir en esta época del año.
Nueve veces me dijo que las lágrimas
apestan igual o más que las artemias.
Nueve veces corrí al gato
que maullaba en la ventana.
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Ella y yo lo bautizamos Hank.
Mañana haré un agujero al jardín.
Un agujero profundo,
mañana.
Hoy le dije nueve veces
que los peces no nadan de costado.
“Adiós, Alejandro”,
me contestaron nueve burbujas frías.
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¿Qué hacer cuando la muerte
cabe en una cajita de cerillos?