LA
PERRA
EN
BLANCO es más aterradora
que la hoja
en blanco.
Para vivir
en su agraciada compañía,
es obligatorio
escribir sobre su lomo
un verso
que se borre solo,
que solo se
mejore con el tiempo,
que parezca
de todos y de nadie,
que suene
en la noche larguísima
como un trueno
lejano
o como el
grito de un navegante
atado al mástil
de una perrera sumergida.
-Francisco
Hernández