Adiós, utopías del siglo XX. Hola, distopías del XXI. Este año es de
orfandad: de hacernos adultos a fuerzas; de tomar el timón, aunque no
sepamos hacer una amarra, porque los viejos grandiosos se nos van a la
Luna, despliegan sus alas y nos dejan en altamar. Ojalá sepamos leer el
astrolabio; ojalá haya un puerto; ojalá el barco resista, porque hay
nubes de tormenta y monstruos marinos acechan.