Si hay una magia en escribir historias, y estoy convencido de que la 
hay, nadie ha sido capaz de reducirla a una receta que se pueda pasar de
 una persona a otra. La fórmula parece residir solamente en la urgencia 
dolorosa del escritor por transmitir algo importante al lector. Si el 
escritor tiene esa urgencia, puede que algunas veces, pero de ninguna 
manera todas, encuentre la manera de hacerlo.
-John Steinbeck